Uno de los factores más importantes al crear su cartera de inversión es realizar una correcta asignación de activos. Se estima que el 90% de los rendimientos obtenidos por una cartera dependen de este proceso.
La asignación de activos comprende la elección de las proporciones de cada clase de activo que conforma una cartera de inversión.
La construcción de una cartera óptima, consiste en diversificar la cartera con el fin de reducir el riesgo de la inversión e incrementar al máximo el rendimiento. El propósito es obtener la máxima rentabilidad posible para una determinada cantidad de riesgo que estamos dispuestos a asumir.
Una clase de activos es una categoría de inversión donde ponemos aquellos productos que comparten características, tales como el riesgo, la rentabilidad o la regulación. En lugar de poner toda su inversión en una clase de activos, lo que buscaremos será diversificarlo entre diferentes alternativas.
Existen diversas clases de activos, y cada uno se comporta de manera diferente, es decir, mientras algunos incrementan su valor otros pueden estar disminuyéndolo. Al contar con una cartera diversificada, mejorará su rendimiento global.
Conociendo tu perfil e identificando previamente tus objetivos financieros, es posible crear una cartera de inversiones a tu medida. Para esto, es necesario identificar tus características y necesidades a la hora de la toma de decisiones, junto con tu nivel de tolerancia al riesgo ante los diversos instrumentos de inversión disponibles.
Además, es importante saber cuál es tu horizonte de inversión, cuánto tiempo pasará antes del retiro del dinero, entre otros.
Aquí incluiríamos las acciones, fondos de inversión y ETFs (fondos cotizados). Las acciones tienden a ofrecer unos retornos más altos pero son más volátiles y arriesgadas. Son ideales para hacer crecer tu cartera, pero no suelen generar una gran cantidad de ingresos. Las acciones podremos dividirlas por:
Tamaño: Acciones de capitalización alta (large caps), de capitalización media (mid caps) y de capitalización baja (small caps).
Ubicación: Podríamos segmentarlas por acciones nacionales, extranjeras y emergentes.
Industria: Podemos agruparlas por sectores.
Crecimiento/valor: Las empresas de crecimiento tienden a ser más grande y más estables, y por lo tanto crecen más lentamente. Las empresas de valor, suelen ser más pequeñas y menos estables, pero pueden ofrecer mayores rentabilidades.
Los bonos no crecen en valor, pero pueden generar ingresos consistentes. Soportan un riesgo mucho menor que la renta variable pero a costa de una menor rentabilidad. Los bonos son ideales para reducir el riesgo general de una cartera o para generar ingresos durante la jubilación.
En esta clase de activo podemos incluir las cuentas de ahorro, o cualquier otro activo muy líquido (que se convierta rápidamente en efectivo). Estas inversiones suelen tener un riesgo muy bajo, pero su rendimiento es casi nulo. Solo deben ser considerados por aquellos inversores muy adversos al riesgo o aquellos que ya han alcanzado la edad de jubilación.
La “distribución de activos” puede parecer una expresión compleja, pero su significado es simple. Es la práctica de diversificar el portafolio con una mezcla de opciones de inversión y es una parte esencial para aprovechar al máximo un plan de retiro.
Con una distribución de activos estratégica, puede adaptar su combinación de inversiones para que se adecue a su nivel de tolerancia de riesgo. Sin embargo, las opciones de inversión están sujetas al riesgo de inversión y es posible que una opción de inversión pierda valor.
Con una distribución de activos estratégica, puede adaptar su combinación de inversiones para que se adecue a su nivel de tolerancia de riesgo. Sin embargo, las opciones de inversión están sujetas al riesgo de inversión y es posible que una opción de inversión pierda valor.
Las clases de activos son categorías de opciones de inversión y cada cual tiene su propia característica de riesgo y rendimiento. En general, las clases de activos con menor nivel de riesgo ofrecen un menor potencial de crecimiento. De la misma forma, las clases de activos con mayor nivel de riesgo ofrecen un mayor potencial de crecimiento.
Son bienes y materiales básicos, como el petróleo, el gas natural, oro, plata, maíz, azúcar, etc. Las materias primas son muy volátiles, pero pueden ofrecer unos rendimientos muy altos. Su rendimiento histórico ha sido muy diferente a otras clases de activos, por lo que pueden ser buenos candidatos para la diversificación.
Incluimos aquí las propiedades para alquiler, etc. La clase de activos de bienes raíces puede tener un perfil de riesgo / rentabilidad similar a la renta variable, pero gran parte del retorno se obtiene a través de una renta.
Existen otras clases de activos que son diferentes a todos los anteriores y que englobamos en esta categoría. Por ejemplo las obras de arte u objetos de colección quedarían englobados aquí.
Una distribución de activos diversificada puede ayudarle a sentirte más a gusto con su portafolio aún cuando el mercado cambie porque de esta forma puede administrar mejor el riesgo: con una combinación de diferentes opciones de inversión de varias clases de activos, los cambios en una sola categoría pueden no afectarle tanto.
La distribución de activos también podría ayudarle a sobrellevar los altibajos del mercado y evitar especular durante los cambios del mercado.
Si el miedo a una caída del mercado le desvela, quizás prefiera tener una mezcla de opciones de inversión de menor riesgo. Si no le preocupan las caídas del mercado y está a décadas de jubilarse, su distribución puede estar más orientada a clases de activos de mayor riesgo.